Tan rara es la vida humana que nace en un sufrimiento de onda alegría,
que ahora te encuentras en un lecho de sangre,
acongojado, tomado de la mano.
La viuda arremete con un comentario absurdo,
y tus ojos buscan el arma homicida, como felino tras su presa.
Una lagrima se mezcla con la sangre semi-coagulada,
como una mañana es invadida por la nube gris del sur de tu alma.
De pronto del silencio surge una vos sospechosa,
¡ Se fuerte hermano !
pero el, inmóvil contempla su muerte.
¡ Si el morir es gloria, pues gloria para este sufrir de gloria !
Que mi anhelo es reír sin reír y sufrir sin sufrir.
Que mi sufrir no sera obstáculo para mi gloria.
Escrito un 19/04/2002 y 17/04/2003
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